Hace unos días investigamos un
poco acerca de la Batalla de Megido, aquella histórica batalla egipcia a la que
conocemos también como la primera batalla de la humanidad (gracias a sus
registros). En esta oportunidad, analicemos la psicología del hombre detrás de
la guerra, esta vez representado en Tutmosis III, faraón que lideró al ejército
egipcio hacia su victoria.
Tutmosis III fue declarado faraón
muy joven, demasiado joven para asumir el reinado por lo que su tía-madrastra
Hatshepsut se encargó del reinado alejando a todos los consejeros de Tutmosis y
declarándose incluso faraón conocida como Maatkara Hatshepsut.
Perfil de Faraona Egipcia, ¿Maatkara Hatshepsut?
Para no entrar en más detalles
aquí comenzamos a explorar un poco la psicología de Tutmosis III de quien sabe que fue faraón por sucesión del trono pero no fue libre de elevarse como tal hasta la
muerte de su madrastra.
Tutmosis III era consciente de las grandes hazañas que
habían logrado tanto su abuelo y su padre a favor del imperio, sobresaliendo el
primero de ellos quien había logrado una importante expansión del reino. Con
este legado y sumando la represión de Hatshepsut fue moldeándose con ansias de
poder.
Miles de años después (y para no hacer más larga la historia) Friedrich
Nietzsche definió que uno de los principales motores del hombre era la ambición
por lograr sus deseos, demostrar su fuerza, ser reconocido en el mundo y estar
en el lugar que siente que le corresponde. ¿Se siente identificado? Apuesto a
que si Tutmosis III decidiera darse una vueltita por estos lares de seguro que
él sí.
El buen Friedrich Nietzsche
Y es que la intención de la
Batalla de Megido no solo era controlar la rebelión opositora sino que además era expandir el territorio del reino y demostrar así una grandeza digna o superior
incluso a lo conseguido por su abuelo.
Es curioso pensar que la
historia, personaje y hechos cambian pero la voluntad de poder parece ser al intrínseco
en los seres humanos. Pensemos un poco sobre los puntos expuestos.
LA AMBICIÓN POR LOGRAR NUESTROS DESEOS
Esta postulación es escalofriantemente
cierta. Todas las personas nos sentimos motivadas a continuar con nuestras
labores y rutinas porque esperamos que de alguna manera nos sea retribuida. El
esfuerzo que le damos a las cosas para lograr nuestra meta es propio de las
personas de hoy en día, algunas de ellas, más desequilibradas que otras actúan
de forma desmedida, sin medir las consecuencias o sin diferenciar lo bueno de
lo malo. Teniendo en cuenta que somos el buen Tutmosis III, somos faraones,
somos lo más divino después de los dioses, somos dueños de tierras, animales,
joyas, ejércitos, monumentos y miles de vidas, una maravilla ¿cierto? Bien,
ahora preguntémonos, con todo lo que tenemos y teniendo en cuenta que queremos
expandirnos más rápido que una gripe ¿Qué puedo hacer? No puede ser más fácil ¿no?
DEMOSTRAR NUESTRA FUERZA Y SER RECONOCIDO EN EL MUNDO
¿Alguna vez le ha pasado? Al
observar una película, leer un libro o cualquier tipo de acción similar que le
permita identificarse con un personaje, ¿ha sentido las ganas de querer
imitarlo? o ¿tener que vivir un momento glorioso similar? Si lo ha sentido no
crea que es ridículo o sienta vergüenza porque es un deseo humano el querer ser
resaltado y más aún si lo logra gracias a un talento o alguna situación difícil
en la que pudo salir airosa aun cuando todas las probabilidades le jugaban en
contra. Por favor no intente saltar sobre un vehículo que venga, hacia usted, a
toda velocidad, no es la forma de resaltar.
ESTAR EN EL LUGAR QUE SIENTO QUE ME CORRESPONDE
Si han pasado 10 años en su vida y considera que trabaja en un
puesto mediocre, tranquilo, quizás lo está, pero busque tranquilidad al saber
que el 99.9% de la población humana siente lo mismo que usted. Y no importa si
su trabajo es ser extra de zombie en The Walking Dead y que le vuelen la cabeza
a cada rato, sabemos que usted querrá ser Rick (personaje principal de la
serie), pero… ¿Por qué ser Rick si podemos ser Glen?.
Lo que usted quizás aún no
considera es que es parte de nuestra psicología siempre querer estar en el
lugar que nos toca y nunca, pero nunca, será suficiente.
Finalmente, terminamos este
articulo invitándolo a analizar sus prioridades sabiendo que el hombre en su
ADN contiene estos anhelos pero lo que diferencia a unos de otros es precisamente
lograrlos sin buscarlo directamente, lograrlos sin hacer daño o sacando ventaja
sobre el débil, lograrlos con esfuerzo y sacrificio.
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