sábado, 18 de abril de 2015

LA VOLUNTAD DE PODER

Hace unos días investigamos un poco acerca de la Batalla de Megido, aquella histórica batalla egipcia a la que conocemos también como la primera batalla de la humanidad (gracias a sus registros). En esta oportunidad, analicemos la psicología del hombre detrás de la guerra, esta vez representado en Tutmosis III, faraón que lideró al ejército egipcio hacia su victoria.

Tutmosis III fue declarado faraón muy joven, demasiado joven para asumir el reinado por lo que su tía-madrastra Hatshepsut se encargó del reinado alejando a todos los consejeros de Tutmosis y declarándose incluso faraón conocida como Maatkara Hatshepsut.


Perfil de Faraona Egipcia, ¿Maatkara Hatshepsut?

Para no entrar en más detalles aquí comenzamos a explorar un poco la psicología de Tutmosis III de quien sabe que fue faraón por sucesión del trono pero no fue libre de elevarse como tal hasta la muerte de su madrastra. 

Tutmosis III era consciente de las grandes hazañas que habían logrado tanto su abuelo y su padre a favor del imperio, sobresaliendo el primero de ellos quien había logrado una importante expansión del reino. Con este legado y sumando la represión de Hatshepsut fue moldeándose con ansias de poder.

Miles de años después (y para no hacer más larga la historia) Friedrich Nietzsche definió que uno de los principales motores del hombre era la ambición por lograr sus deseos, demostrar su fuerza, ser reconocido en el mundo y estar en el lugar que siente que le corresponde. ¿Se siente identificado? Apuesto a que si Tutmosis III decidiera darse una vueltita por estos lares de seguro que él sí.


El buen Friedrich Nietzsche

Y es que la intención de la Batalla de Megido no solo era controlar la rebelión opositora sino que además era expandir el territorio del reino y demostrar así una grandeza digna o superior incluso a lo conseguido por su abuelo.

Es curioso pensar que la historia, personaje y hechos cambian pero la voluntad de poder parece ser al intrínseco en los seres humanos. Pensemos un poco sobre los puntos expuestos.

LA AMBICIÓN POR LOGRAR NUESTROS DESEOS

Esta postulación es escalofriantemente cierta. Todas las personas nos sentimos motivadas a continuar con nuestras labores y rutinas porque esperamos que de alguna manera nos sea retribuida. El esfuerzo que le damos a las cosas para lograr nuestra meta es propio de las personas de hoy en día, algunas de ellas, más desequilibradas que otras actúan de forma desmedida, sin medir las consecuencias o sin diferenciar lo bueno de lo malo. Teniendo en cuenta que somos el buen Tutmosis III, somos faraones, somos lo más divino después de los dioses, somos dueños de tierras, animales, joyas, ejércitos, monumentos y miles de vidas, una maravilla ¿cierto? Bien, ahora preguntémonos, con todo lo que tenemos y teniendo en cuenta que queremos expandirnos más rápido que una gripe ¿Qué puedo hacer? No puede ser más fácil ¿no?


DEMOSTRAR NUESTRA FUERZA Y SER RECONOCIDO EN EL MUNDO

¿Alguna vez le ha pasado? Al observar una película, leer un libro o cualquier tipo de acción similar que le permita identificarse con un personaje, ¿ha sentido las ganas de querer imitarlo? o ¿tener que vivir un momento glorioso similar? Si lo ha sentido no crea que es ridículo o sienta vergüenza porque es un deseo humano el querer ser resaltado y más aún si lo logra gracias a un talento o alguna situación difícil en la que pudo salir airosa aun cuando todas las probabilidades le jugaban en contra. Por favor no intente saltar sobre un vehículo que venga, hacia usted, a toda velocidad, no es la forma de resaltar.

ESTAR EN EL LUGAR QUE SIENTO QUE ME CORRESPONDE

Si han pasado 10  años en su vida y considera que trabaja en un puesto mediocre, tranquilo, quizás lo está, pero busque tranquilidad al saber que el 99.9% de la población humana siente lo mismo que usted. Y no importa si su trabajo es ser extra de zombie en The Walking Dead y que le vuelen la cabeza a cada rato, sabemos que usted querrá ser Rick (personaje principal de la serie), pero… ¿Por qué ser Rick si podemos ser Glen?.
Lo que usted quizás aún no considera es que es parte de nuestra psicología siempre querer estar en el lugar que nos toca y nunca, pero nunca, será suficiente.

Finalmente, terminamos este articulo invitándolo a analizar sus prioridades sabiendo que el hombre en su ADN contiene estos anhelos pero lo que diferencia a unos de otros es precisamente lograrlos sin buscarlo directamente, lograrlos sin hacer daño o sacando ventaja sobre el débil, lograrlos con esfuerzo y sacrificio.

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